viernes, enero 27, 2012

EL MUERTO Y LA MARCHA DEL TIPNIS

No, no se trata del desmentido que cuestionó toda la labor de un periódico en ocasión de una marcha indígena. Evidente, nadie se murió por el apaleo de los policías a los marchistas que defendían el TIPNIS. Pese a que éstos luego de la protección policial amanecieron más verdes que pera de navidad, todos aún tienen la oportunidad de morirse de hambre, pero no del apaleo del que fueron objeto. Si usted empezó a leer estas líneas pensando que ahora sí se sabría que hubo un muerto en la marcha, le comento que echó pele. Pero, no se vaya, pues la cosa tomará un rumbo insospechado.
Hace apenas unos pocos días una bala sicaria puso fin a la existencia de un ciudadano pandino. De seguro usted dirá que la inseguridad ciudadana es un tema más recorrido que el Prado de La Paz y ya estará queriendo mudarse de noticia. Calma. La diferencia en este caso, es que la víctima ya lo era de antes: Su hijo había sido muerto sólo unos días atrás en la idílica ciudad selvática de Cobija, también por sicarios.
Dos muertes en pocos días, y parece ser que la causa inmediata es el tema del narcotráfico. Usted de seguro ya está mirando sobre el hombro mientras trata de leer lo que sigue. Si cree que esta es una denuncia del narcotráfico nacional se equivoca. No tema seguir leyendo. Ni la D.E.A. ni el Ministerio de Gobierno se lo llevarán de paseo por esta actividad. No tengo idea si los capos de la actual administración o de las anteriores (eso siempre debe decirse para salvar el pellejo) son los responsables de que estemos a punto de recuperar antiguos laureles en la producción de cocaína, Alguien decía años atrás que nadie obliga a los gringos a andar esnifando lo que sea, o pinchándose, o introduciéndose todo tipo de sustancias exóticas. Lo concreto es que la actividad de narcotráfico, en este caso de la cocaína, se concentra cada vez más en Pando, hasta hace poco lugar casi desconocido, y que quienes viven y moran en Cobija deben convivir con la acechanza diaria de tener que ver a lo menos un fiambre en las calles cada cierto tiempo.
Esta situación no debería ser posible en el país, pero sucede y cada vez con más frecuencia. En el caso presente, los sicarios se dirigieron luego de la ejecución, a uno de los puestos de control de la zona franca, donde permanecieron varios minutos recuperándose de su siniestra tarea. Tampoco se trata de rasgarse las vestiduras y pensar que los funcionarios del control, entre ellos, la policía, son unos inútiles, pues estos no sospechaban que los sujetos eran los autores de una muerte.
El tema de fondo, es que el mal vivir nos va ganando. Y ya estamos acostumbrados a ver la muerte de prójimo sin siquiera pestañar, por el solo hecho de que se trata de «un ajuste de cuentas».
No parece ser esta expresión un lenguaje de seres normales, sino de contadores, lo que no quiere decir que los contadores son de otro mundo. Sino, que, el marbete «ajuste de cuentas» nos permite caminar como si nada, cual disculpa para permitir la muerte de cualquiera a manos de las bandas del narcotráfico.
Esa puerta abierta del «ajuste de cuentas» permitirá que en breve en la amazonia boliviana se liquiden a bala a jueces, fiscales y policías, y de seguro será también ajuste de cuentas y de esa manera iremos perdiendo el país a manos de los mafiosos. Razonamos: “los ajustes de cuentas son entre bandidos, así que si se mueren pena por ellos, pero nada que ver conmigo” Hasta que de pronto, si tendrá que ver.
¿Y que tiene que ver toda esta historia con el TIPNIS y la apertura de nuevas carreteras en la selva? En la medida que falsos colonizadores siembren más coca, en los parques, en la selva o donde sea, mayores serán las consecuencias del narcotráfico. Y esta situación arrasará con las camisetas de todos los colores y de todas las siglas de los partidos políticos. Es tiempo que se actúe, que se entienda que coca si es cocaína, que lo del acullico es una práctica para tener esclavos a los bolivianos, y que no hay pachamama que valga para salvar a este país, si termina en manos de los traficantes. Espero que cuando queramos reaccionar no sea demasiado tarde y todavía exista Bolivia, sea pluri o mono cultural y tenga el nombre que tenga. El no hacer nada es criminal

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