jueves, enero 27, 2011

Como sacar provecho de su muerte anunciada

Maneras de estirar la pata
Como sacar provecho de
Su muerte anunciada


Por Guillermo Torres López (*)

La fama post mortem en nuestro país se ha convertido en fenómeno político. Si usted, hombre de ideales, cualquiera que estos sean, ha decidido como muchos morir por ellos, y si cree que en ese acto conquista la inmortalidad, antes de ser partícipe de una huelga de hambre hasta las últimas consecuencias -que suponemos debe ser la muerte y no el hartazgo a ocultas-, o está listo para engrosar algún grupo juvenil y unionista, o ha presentado una solicitud formal para ingresar a los ponchos rojos, o más allá de eso, si sus aspiraciones de sacrificio han logrado ámbito internacional y quiere entrar a la FARC colombianas, o al próximo ejército que los yanquis mandarán a alguna parte, antes de hacerlo le recomendamos leer estas líneas.
Vaya como introducción que su afán de inmortalidad por medio de la muerte, objetivo que muchos manejan en su cacumen, no es invento de este siglo XXI ni menos puede culparse de él desaprensivamente al gobierno en ejercicio, y ni siquiera a los gobiernos anteriores.
El afán de conseguir figuración en vida o después de ella, es parte del deseo humano de permanecer en la memoria colectiva. Y si aparte de eso el futuro finado consigue que a sus deudos le den encima una pensión, a una calle le pongan su nombre, figure en algún libro de historia o a lo menos en un panfleto, es una utilidad más que puede ser sumada al objetivo principal: su sacrificio en aras de alguna idea en especial o algún objetivo singular.
Con este preámbulo dejamos de lado a los victimados por los genocidas, a los muertos por las balas perdidas y encontradas en el cuerpo de algún difunto, los accidentados, los suicidas poco sutiles, y en general los que nos morimos sin aspavientos, sea con o sin ayuda profesional.
Esta distinción tiene doble finalidad, por una lado dejar aparte a los que se murieron sin tener en ello intención previa, a los que hicieron mutis por el foro de la vida diaria y no son materia de noticia y finalmente a los vivos de siempre, que no se mueren ni aunque ponga empeño en ello el resto de la población, incluyendo claro está figuras públicas que gozan normalmente de excelente salud, aunque sea a costa del erario del estado.
Concluida la retórica previa y con la esperanza que el lector no haya encontrado mejor cosa que hacer, pasamos a los datos estadísticos que -con la mano al pecho- prometemos no tienen intención política declarada, aunque no faltarán aquellos que nos atribuyan oscuros propósitos, retorcidas intenciones y quien sabe que más malas y supuestas leches.
El primero de ellos es que a la fecha, en lo que va de este gobierno socialista ya podemos contar varias decenas de fallecidos, sin que eso les haya disminuido ni un ápice la fama a nuestro máximo funcionario público, como muestran las decisiones electorales.
Sin embargo en ese maremagno de cadáveres, hay algunos que han pasado mutis por el foro y sin mayor publicidad, como ser los caídos en los enfrentamientos entre cooperativistas, o la familia víctima de un accidente en el tendido de gasoductos. Otros en cambio están ya prontos a cobrar (obviamente los deudos) montos de dinero por su participación en los hechos que causaron la renuncia de un anterior mandatario y que terminaron con las víctimas como héroes de las jornadas y con herederos pasando a mejor vida.
Hay varios que han hecho mutis por el foro y la nada ha sido el resultado de su martirio.
En estos siglos mediáticos, por lo visto ya no basta la muerte súbita para obtener la pensión para los herederos y la fama póstuma.
Para usted que quería iniciar ese camino como una manera de abandonar este mundo, es forzoso que antes de ir a la inmolación por sus ideales o por los que le hayan prestado o alquilado, se fije a que lado sopla el aire. Descarte el inmolarse por cualquier motivo que no sea político, Sepa que ya nadie muere por amor. Y aprenda de Picachuri que el olvido es el pago casi inmediato a nuestra muerte.
Si usted es un mártir en potencia, le avisamos que los motivos religiosos ya no corren, así ya no es titular de prensa el quemarse a lo bonzo (si no se acuerda de que es eso, es porque ya pasó de moda)
Hemos llegado a una modernidad donde el morirse puede ser un acto voluntario e intencionado, pero donde el error al escoger el momento inadecuado y la manera de estirar la pata, puede dar al traste con nuestra idea de inmortalidad, heroicidad y permanencia en la memoria colectiva. Que no le pase eso y termine siendo un habitante más de la necrópolis, y además un don nadie después de muerto, sin ni siquiera misa de cabo de año.

(*) NOTA DE LA REDACCIÓN: El autor nunca le tuvo mucho respeto al arte de doblar la esquina, ponerse el pijama de madera, pasar al patio de los callados, o como se le llame al dejar este mundo. Sólo tiene respeto por los vivos y vivas, y mucho temor de los vivillos. Aclara que si usted rinde culto a los muertos, es su problema y no de él.

2 comentarios:

Oscar Marquez dijo...

Interesante escrito, algo humorístico y muy real, llegué a tu blog por la pagina de quiero que me leas.
Es un punto de vista realista de la vida y sobre todo de la muerte cuando se busca como medio de hacerse recordar, cuando de pronto de vida no se hicieron méritos para ser recordado.

Guillermo Torres López dijo...

Oscar, entiendo que venías de los versos y te encontraste con material de prensa!! Vaya decepción.
En fin, nada que decir, como ves, ña vida es más rica que la literatura.
Saludos